jueves, 27 de agosto de 2009

fRicciones

Despertó violentamente. Tardó unos segundos en recordar dónde estaba. Miró a su alrededor y en ambos costados de la carretera, pudo reconocer las negras llanuras que tanto añoraba. El micro que lo llevaba era bastante pequeño e incómodo para un trayecto tan largo como aquel, pero no contaba con mucho dinero y estaba acostumbrado al sufrimiento. “El viaje no es nada, comparado con lo que vendrá”, pensó mientras observó que, a lo lejos, la ciudad emergía en el horizonte.

Parado frente al hotel, revisó nuevamente el pequeño papel para cerciorarse que la dirección era la correcta. Luego de inspeccionar la fachada, entró. En el mostrador de la modesta posada, un recepcionista de unos noventa años, totalmente ciego le indicó que casi todas las habitaciones estaban disponibles ya que en esa época del año, la ciudad estaba desierta. El anciano, sorprendido por la extremada mesura del visitante, preguntó que lo traía a la ciudad.

-Cerrar un negocio- contestó.

Tomó la llave de la habitación número cuatro y se retiró en silencio. Subió por una antigua escalera de madera que parecía resquebrajarse a cada paso que daba. Se paró frente a la puerta 4, dispuesto a entrar, cuando una risa de mujer proveniente del cuarto contiguo lo distrajo. Parecía una risa fresca, natural, que lo sorprendió. “Recuerdo esa risa” se dijo mientras entraba y se recostaba en la cama.

El lugar era extremadamente simple: una cama, un diminuto baño y una mesa de luz antigua. Inspeccionando el recinto descubrió que dentro de un cajón en la mesa de luz había una Biblia, de esas que solía haber en los moteles alejados y perdidos en el tiempo. Miró su reloj. Todavía tenía unos minutos, por lo que decidió tomar la Biblia y abrió una página al azar.

Y viendo Gedeón que era el ángel del señor, dijo: Ah, Señor, he visto el ángel de Jehová cara a cara.
Y Jehová le dijo: Paz á ti; no tengas temor, no morirás.

Quedó dubitativo por unos segundos, las palabras parecieron exasperarlo. Tomó su vieja lapicera, arrancó la hoja y escribió su nombre en el margen superior. Luego dobló el papel y lo colocó en un bolsillo de su chaqueta, junto al revólver.


Dan se encuentra recostado en la cama de un antiguo hotel. Sobre su pecho, la hermosa Nancy reposa su cabeza desplegando su larga y brillante cabellera. Ella es feliz, él aparenta serlo. La vida nunca había sido justa con ninguno de los dos, pero eso estaba por cambiar.

Ambos están totalmente absortos en sus pensamientos, pero de alguna forma conectados al mismo tiempo; perdidos, pero en el mismo lugar. De pronto, el silencio se ve interrumpido por el resquebrajar de las escaleras. Se escuchan unos pasos que provienen del pasillo.

Dan dice algo y ella ríe.

La puerta de la habitación de al lado se cierra.

Se escuchan movimientos.

Dan se levanta y va al baño.

Nancy, desde la cama mira hacia la pequeña ventana y se pregunta qué será de aquel hombre que dejó hace apenas tres días. Se alegra de que todo eso haya quedado atrás.

Dan regresa a la cama.

Conversan unos minutos, luego callan.

El silencio los tranquiliza, los une.

La puerta contigua se abre.

La puerta contigua se cierra.

Antes que pudieran notarlo, la puerta es derribada y un hombre está parado frente a ellos, un revólver en su mano derecha. Ella grita y Dan atina a tomar cuidadosamente el arma que se encuentra bajo su almohada. Nancy logra reconocer al hombre que tanto tormento le trajo y esto la horroriza más. El hombre, con su mano izquierda toma un papel, lo desdobla y dice “Son las últimas palabras que escucharan”

Empieza a recitar, pero no logra terminar sus palabras; Dan, ágil saca su revólver y dispara dos veces. Es suficiente.

El revólver cae de las manos del extraño, que tambalea y finalmente cae de rodillas y trata de arrastrarse fuera de la habitación. Casi sin aliento recuerda que en su mano todavía tiene la hoja bíblica. Intenta leer esas palabras nuevamente pero la fuerza lo abandona.


Muere.


El cadáver parece perturbar la armonía del pasillo antiguo. Un sollozo de una mujer se escucha tenuemente provocando una escena surrealista. Todo vuelve a la normalidad, todo está como debió haber estado desde el principio. El muerto puede ser cualquiera. Puede ser el que escribe estas palabras, el que las lee o el que las leyó en otro tiempo. Sin embargo, en la hoja que el puño muerto aferra, se leen unas letras escritas por un ser distante, ajeno a nosotros: Rocky Raccoon.


http://www.goear.com/listen/c135d13/Rocky-Raccoon-the-beatles

jueves, 23 de abril de 2009

viernes, 17 de abril de 2009

Conversación entre un fascista y un argentino de clase media tipo.

-Hay que matar a todos los menores que roban.
-Cierto. ¿Vamos a la marcha en el Obelisco?
-Dale, vamos.

lunes, 6 de abril de 2009

Abril

Mucho más allá de mi ventana,
las nubes de la mañana son una flor
que le ha nacido a un tren.

Un reloj se transforma en cangrejo
Y la capa de un viejo da
Con una tempestad de comején.

Mucho más allá de mi ventana
Algodones jugaban a ser un jardín
En espera de abril.

Luego entro los ojos
Chorreando esa luz de infinito,
Y es cuando necesito
Un perro, un bastón, una mano, una fe.

Y tú pasas tocando el frío con suave silencio
Y, ciego, te sentencio
A que nombres todo lo que ahora no sé.

Mucho más allá de mi ventana
Mi esperanza jugaba a una flor,
A un jardín,


Como esperando abril.

domingo, 29 de marzo de 2009

Fotos












viernes, 25 de julio de 2008

Lo qué?

Hace mucho tiempo que estoy acá. No sé si realmente este lugar es producto de mi imaginación o algo peor: es real. Traté de pensar detenidamente mi situación, pero cuánto más respuestas buscaba, más preguntas encontraba.

Esperando.

Mirando al horizonte. Vacío. No hay señales de que venga, pero sabía que en algún momento iba a llegar. Siempre llegaba, cuando menos uno lo pensaba. No era puntual, no a nuestro modo, nunca lo fue; pero realmente nunca le importó. Él cumplía su función a la perfección, eso era lo que más miedo me daba y lo que realmente me dejaba perplejo.

El frío me quemaba la cara, la soledad a mi alrededor daba un aspecto más trágico a la situación. Empecé a pensar. Cosa-no-tan-rara en estas situaciones. Las imágenes se mezclaban, armaba rompecabezas con cosas del pasado; era imposible. Una tortura. Una tortura necesaria por cierto, uno no puede sobrellevar estas situaciones sin su fiel amiga la memoria.

Él seguía sin venir. Realmente no importaba ya en ese momento, daba igual si venía o no. Cuando la desesperanza es más fuerte que la lógica y todas esas cosas tercermundistas ya nada importa. Es en esos momentos, cuando uno está totalmente rendido es cuando Él aparece. Es un experto.

A lo lejos se acerca, despacio, pero letal. Uno trata de buscar las palabras correctas pero sabe que en el momento que lo tenga cara a cara ningún vocablo del mundo es útil.

Se detuvo frente a mí, cómo si atendiera a mi llamado. Poderoso y hábil, me dio la bienvenida, como abriendo una puerta. Subí las escaleras que me brindaba con cierto recelo, entonces fue cuando pude verlo completamente. Había gente como yo, pero parecía que ninguno veía al otro, como ciegos, ni se daban cuenta de que existiera alguien a su alrededor.

De repente, sabía lo que tenía que hacer, no podía quedarme callado, no en ese momento, debía enfrentarlo. Ordené las palabras pensadas anteriormente. En vano. Sólo me salió decir lo más sutil, lo más rutinario, lo más mortal:

-90, maestro.
Se produjo un silencio interminable.
-¿Hasta dónde vas pibe?


Hace mucho tiempo que estoy acá. Esperando.

domingo, 6 de julio de 2008

A day in the life



Hoy pasé por un kiosco de revistas y ví la tapa de Página 12 que decía que la situación era estable, que la oposición se esperanzaba y el conflicto se normalizaba. Y me dije que esto era obvio, ya que el actual gobierno siempre hizo una gestión sin ningún tipo de problema y no estuvo involucrado en ningún caso de corrupción, violencia y abusos hacia la liberta de expresión.
Después llego a mi casa, prendo la tele y veo que en canal 9 (más conocido como "el canal de Hadad") Chiche "Mevistocomoelorto" Gelblung estaba pasando una especie de biografía de Alfredo "Yuyito" De Angeli(s) poniéndolo como un caudillo y representante del pueblo y defenestrando el actual gobierno. Esto me parecía raro viniendo de tan buena gente como es Hadad, Longobardi, Gelblung y Cía. Además es obvio que el campo representa el pueblo, como lo son Grobocopatel, Reutemann y otros pequeños productores sojeros que luchan por la igualdad social y nunca apoyaron a ningún golpe de estado ni se enriquecieron ilícitamente ni la juntaron con pala hace un par de años.

Después Ezequiel Eufrasio me pasa una imagen de Olé en la que ponían a Rogelio Fedex como el actual campeón de Uinbledón. Entonces pienso que talvez D'elía tiene razón y Clarín miente, pero eso no es posible porque hace periodismo independiente hace 60 años y nunca vendió carne podrida. Además, su directora/dueña/capomafia, la respetable Señora de Noble, no tuvo nada que ver con expropiación de menores durante la dictadura. No, para nada.

Entonces pongo canal 7 y estaba Badía. Y el programa estuvo bueno, estaban unos tipos que tocaban el bombo.
Copado.